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MASACRE DE QUEBRADA SECA

24 de mayo de 2014

 

Por Herard von Santos

 

 

La noche del viernes 23 me sentía apesumbrado ante el pequeño acto que como CEM haríamos al día siguiente en Quebrada Seca, me preocupaba la situación actual del país y que alguna situación imprevista nos impidiera cumplir nuestra promesa. Temprano en la mañana me dirigí al mercado San Miguelito para comprar la ofrenda florar que colocaríamos y luego me reuní con Balmore para desayunar.

 

Una vez en el acto, al dirigirme a los concurrentes y hablar de la situación que tuvieron que enfrentar nuestros camaradas ese 24 de mayo de 1983, mi voz se quebraba por momentos, la edad y el paso del tiempo me han vuelto más sensible y mis ojos se nublaron rápidamente, por suerte estábamos entre compañeros que supieron entender el momento. Entre nosotros se encontraba el Cnel. Dionisio Hernández, otrora jefe de la 5ta. Brigada de infantería cuando se dieron estos hechos lamentables.

 

Con nosotros se encontraba además, el Gral. Carlos Ospina, quien fuera Jefe de las Fuerzas Militares de Colombia durante la Presidencia de Álvaro Uribe, venía a solidarizarse con nuestra pena y dolor, un sentimiento dijo, que ha tenido que vivir en su país ante situaciones similares, junto a él se encontraba el Presidente de nuestra Academia de Historia Militar, único de sus miembros que decidió acompañarnos.

La noche del martes 24 de mayo de 1983, los subversivos de las FPL atacaron las posiciones defensivas que custodiaban el puente Quebrada Seca, a la altura del kilometro 79 sobre la carretera Panamericana, cantón San Francisco Chamaco, Departamento de San Vicente. Las posiciones defensivas eran ocupadas por una compañía de fusileros, de la 5ta. Brigada de Infantería al mando del Tte. Milton Ibarra Chicas, formada por 82 efectivos de tropa de la 1ra. Compañía (mayormente) y la 4ta. Compañía de fusileros.

 

El ataque comenzó desde las 10pm del martes 24 y terminó casi a las 6am del miércoles 25 de mayo. Luego de resistir por 8 horas el ataque de fuerzas superiores y tras agotárseles las municiones, las tropas que aún resistían deciden rendirse, en total entre 8-9 soldados habían muerto en las posiciones defensivas en torno al puente mismo, mientras que 33 soldados y un Teniente se rindieron, otros 35 soldados habían resultado heridos en los combates, mientras que 5 soldados resultaron desaparecidos.

 

El puente de estructura metálica fue dinamitado, desplomándose 35 metros sobre el lecho de una quebrada e interrumpiendo el paso con el oriente del país, una campaña de destrucción de puentes que durante 3 años ha dejado más de 60 puentes destruidos por las guerrillas marxistas-leninistas del FMLN.

 

Con total alevosía y premeditación, los jefes de las FPL que dirigían las columnas que atacaron Quebrada Seca ordenaron que se ejecutaran a los 33 soldados capturados por no haberse rendido antes, sino que esperaron hasta terminarse sus municiones, es decir, que se les condenaba a ser ejecutados sumariamente por el hecho de haber cumplido su juramento ante el altar de la patria de Defenderla aún a costa de su propia vida.

 

Los valientes soldados, fueron alineados en las inmediaciones del mismo puente, algunos amarrados con los brazos hacia atrás, otros hacia adelante, todos obligados a tenderse sobre el piso y luego ejecutados mediante disparos a quemarropa, la mayoría sobre sus cabezas, 33 valerosos soldados fueron asesinados a mansalva al más puro estilo estalinista, no bastándoles esta atrocidad, los subversivos mutilan los cadáveres de los ejecutados, cortándoles a algunos sus orejas y extremidades superiores. Hermanos, sus corazones quedaran para siempre unidos a los nuestros y mientras tengamos vida, les recordaremos por haber cumplido fielmente con su juramento.

 

 

PALABRAS FINALES

A sus familiares les pedimos perdón por haberlos olvidados, a sus hijos y a ustedes, perdón por que nuestro país les olvido durante 34 años, ahora, el CEM (Círculo de Escritores Militares) les promete no dejar en el olvido el sacrificio de sus hijos y hermanos, nos comprometemos a conmemorar el sacrifico de sus hijos cada año a partir de éste 2014, también recogeremos sus vivencias y a través de la palabra escrita, dejaremos constancia de ese valor y abnegación de aquellos que ahora nos antecedieron pero con los cuales pronto nos reuniremos.

 

Quiero agradecer la presencia con nosotros del Sr. José Antonio Hurtado Hernández, padre del Sold. Willfredo Hurtado Meléndez, uno de nuestros valientes soldados fallecidos en éste histórico lugar en abril de 1982, en otra acción armada.

 

Quiero transmitir a las familias de nuestros camaradas fallecidos, las palabras de respeto y admiración que un grupo de boinas verdes estadounidenses les envían, rindiendo de su parte otro merecido reconocimiento a su entrega y valor, los sargentos mayores Pete Moosey, Ken Beko y Mark Smith, quienes visitaron nuestro país en 2009 y quienes vinieron a conocer éste campo de batalla dónde nuestros camaradas fueron cobardemente asesinados.

 

Escribiremos su fiera lucha por proteger un pedacito de nuestro terruño, atestiguaremos la juventud, alegría y esperanza con que sirvieron distinguidamente en nuestro ejército nacional, sumándose a la historia de aquellos bravíos salvadoreños, buenos hijos de la patria que entregaron todo por su país, incluso aquello más sagrado, nuestra vida. Camaradas, no los dejaremos en el olvido, esperamos que el altísimo les haya acogido en su seno y haya curado sus heridas, sus hermanos aquí reunidos les rinden un merecido tributo, descansen en paz hermanos de sangre.

 

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